Tara Mata llevó el manuscrito a Nueva York, pero no resultó tarea fácil encontrar una casa editorial. Como sucede con frecuencia, la talla de una gran obra puede no ser reconocida a primera vista por personas que poseen una mentalidad convencional.
Las infinitas potencialidades del sonido derivan de Om, la Palabra Creadora, el poder vibratorio cósmico que yace en el fondo de todas las energías atómicas. Toda palabra que, al ser emitida, se acompaña de una clara comprensión y de una profunda concentración, está dotada del poder de materializar el objeto al cual alude. Tanto en el método iniciado por Coué como en otros sistemas de psicoterapias afines, se ha comprobado la eficacia de la repetición de palabras inspiradoras, ya sea en voz alta o en silencio; el secreto yace en la progresiva aceleración del ritmo vibratorio de la mente.
Los débiles que han rehusado el conflicto, nada han adquirido; no han tenido que renunciar a nada. Sólo el que ha sabido luchar y ganar puede enriquecer al mundo dotándolo de los frutos de sus victoriosas experiencias.
Todo científico creador sabe que el verdadero laboratorio es la mente; allí, más allá de toda ilusión, descubre él las leyes de la verdad.
Aunque la ciencia no sea del Oriente ni del Occidente, sino más bien internacional en su universalidad, la India está especialmente capacitada para dar una gran contribución. La ardiente imaginación de la India, capaz de crear un nuevo orden en el conjunto de hechos aparentemente contradictorios, es controlada por el hábito de la concentración. Dicho control confiere el poder de sostener la mente en la investigación de la verdad con infinita paciencia.
Los hombres de ciencia rara vez reciben la recompensa de sus contemporáneos; les basta poseer el gozo del servicio creador.
La irracionalidad del devoto se basa en miles de inexplicables demostraciones de la ayuda divina en circunstancias difíciles.
- Swamiji, estoy confundido. Siguiendo sus instrucciones, supóngase usted que yo no pida alimento, y que nadie me lo dé, ¿habré de morirme de hambre…?
- ¡Muérete, pues! –esta alarmante respuesta cortó el aire—: ¡Muere, Mukunda, si debes morir! Pero nunca pienses que vives gracias al poder de los alimentos y no por el poder de Dios. Él, que ha creado toda forma de alimentación y nos ha proporcionado el apetito, ciertamente se preocupará de que sus devotos obtengan el sustento. Nunca te imagines que la comida, el dinero o los hombres te sostienen. ¿Podrían ellos ayudarte si Dios retirase su hálito de vida? Ellos son únicamente sus instrumentos indirectos. ¿Es, acaso, gracias a alguna habilidad tuya que se digiere el alimento en tu estómago? ¡Utiliza la espada del discernimiento, Mukunda! ¡Corta las ligaduras de los agentes mediadores y percibe la Causa Única!
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[Del libro titulado Autobiografía de un Yogui, de Paramahansa Yogananda]
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